
Cada vez que hablo con Lucy, en la ducha, en la cama, en el sillón, en sus sueños;
cada vez que hablo con ella, siento lo que siente, escucho todo lo que tiene para decir y hasta entiendo lo que ella no entiende.
Porque, en realidad, nos fusionamos constantemente.
El problema es cuando Lucy se va.
Hablo solo para mí misma, estoy sola en la cama y ya no nos encontramos en sueños.
No puedo sentir su escencia, no tengo a quién escuchar ni entender.
Y bueno, me quedo así, sola; hablando sola cuál lunática.
Entonces el problema se comienza a agrandar, Lucy no está y estoy obligada a compartir tiempo conmigo misma.
cada vez que hablo con ella, siento lo que siente, escucho todo lo que tiene para decir y hasta entiendo lo que ella no entiende.
Porque, en realidad, nos fusionamos constantemente.
El problema es cuando Lucy se va.
Hablo solo para mí misma, estoy sola en la cama y ya no nos encontramos en sueños.
No puedo sentir su escencia, no tengo a quién escuchar ni entender.
Y bueno, me quedo así, sola; hablando sola cuál lunática.
Entonces el problema se comienza a agrandar, Lucy no está y estoy obligada a compartir tiempo conmigo misma.
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