
¿Es verdad que los árboles gritan en silencio?
¡Qué fea forma de sufrir! Y yo, tan desconsiderada, ¿Cuántas veces arranqué sus hojas? Una, por una.
¿Qué sentiríamos nosotros si nos arrancasen pestaña por pestaña?
Creo que alguien debería hacerlo, con nosotros, y taparnos la boca para que nuestros gritos no se oigan.
Y que las lágrimas que vayan cayendo, mojen el trapo que nos calla, y nos ahogue, hasta morir.
En silencio.
¿Acaso no vemos lo que hacemos?
¡Nos estamos suicidando!
Ellos nos dan aire y nosotros los matamos, nos matamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario